A veces necesitamos una inyección puntual de efectivo. No siempre tendremos la necesidad de pedir un préstamo de varios de miles de euros, si no que necesitaremos una pequeña cantidad simplemente para salir del paso. Puede que se trate de una factura atrasada o un gasto puntual inevitable, pero muchas veces 50€ o 100€ hacen la diferencia.
En estos casos, lo que necesitaremos pedir será un microcrédito. Este tipo de productos, que proliferan en internet, son préstamos basados en rapidez y flexibilidad. Son productos que nos podrán dar una cantidad razonable de dinero en unos minutos y con el mínimo de documentación necesaria.
Por supuesto esto suena perfecto, pero como todo, tiene sus contrapuntos. Por ejemplo, estos microcréditos, como su nombre indica, no suelen tener topes elevados. Por norma general, para nuevos clientes, suelen ofrecer un máximo de 300€, e incluso para los habituales, es raro ver que ofrezcan préstamos de hasta 1000€.
Además, la rapidez y falta de requisitos suelen traducirse en unos intereses más altos. Aunque la TAE puede ser engañosamente alta, ya que son créditos que se pagan en días, sí que es cierto que su coste es proporcionalmente mayor que el resto de préstamos. No obstante, cuando pedimos poco dinero, inevitablemente, pagaremos pocas
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